La Investigación aplicada

 ¿Por qué la investigación aplicada es un complemento importante a la investigación básica?

La investigación básica es aquella que busca ampliar el conocimiento teórico y científico de una determinada disciplina, sin necesariamente tener un fin práctico o aplicado inmediato. En contraposición, la investigación aplicada busca aplicar ese conocimiento teórico y científico para resolver problemas o situaciones específicas en el mundo real. Ambos tipos de investigación son fundamentales y se complementan entre sí.

La investigación básica es importante porque permite avanzar en la comprensión de las teorías y principios fundamentales de una disciplina. Esto es fundamental para el desarrollo de nuevos conocimientos y la innovación en diferentes campos, como la medicina, la tecnología, la ingeniería y las ciencias sociales. Además, la investigación básica puede inspirar nuevas preguntas y problemas que pueden ser abordados a través de la investigación aplicada.

Por su parte, la investigación aplicada es importante porque permite utilizar los conocimientos y avances logrados en la investigación básica para resolver problemas prácticos y mejorar la vida cotidiana de las personas. En muchos casos, la investigación aplicada se lleva a cabo en colaboración con empresas, organizaciones gubernamentales o instituciones sin fines de lucro, lo que puede llevar a resultados directamente aplicables y beneficiosos para la sociedad.

Es importante destacar que la investigación aplicada no se limita a la simple aplicación de los conocimientos teóricos y científicos, sino que implica la adaptación de esos conocimientos a situaciones y contextos específicos. Además, a menudo se requiere la participación de expertos en diferentes áreas para llevar a cabo la investigación aplicada, lo que puede llevar a soluciones innovadoras y creativas a problemas complejos.

En resumen, la investigación básica y la investigación aplicada son complementarias y se necesitan mutuamente. La investigación básica proporciona el conocimiento teórico y científico necesario para abordar nuevos problemas y retos, mientras que la investigación aplicada utiliza ese conocimiento para resolver problemas prácticos y mejorar la calidad de vida de las personas. Juntas, ambas formas de investigación impulsan el avance del conocimiento y la innovación en todas las disciplinas.